Como un pájaro

“Como un pájaro
la lengua vuela en arcos de palabra escrita
La lengua está amarrada y sola en la boca”

(“Palabras II” - John Berger, Poesía 1955-2008 (Círculo de Bellas Artes, 2014.)

Mirando el agua

"Pasaba mucho tiempo en el muelle, mirando el agua. Incluso si llovía suave se instalaba en la punta, observando, sintiendo, dejando que los poros se adivinen en la humedad. Veía las gotas de arriba penetrar la masa de agua de abajo. Veía la forma blanda, sumisa, en que la lluvia se funde para entrar al cuerpo del río. Como las gotas se disuelven a sí mismas cuando lo tocan. 


Morir en el contacto para entrar en otra forma de vida. Algo debía desaparecer si quería la unión, algo del sí mismo, genuino, debía renunciarse, si quería ser parte de ese todo. O voluntad o simple destino de agua, o una de sus tantas mutaciones. Todas estas cosas son ciertas."
("Delta", Fedra Spinelli).

Respiración exacta


… "el hilo del lenguaje me lleva por zonas inesperadas  que, página a página van cambiando de matices; el tono es esencial para la narrativa, y también esencial para la respiración exacta" …

                                               (Fragmento de “Peligrosas palabras”, Luisa Valenzuela).

Lo que queda detrás


"Amanece. Detrás, el dolor".
Victoria Olleros - Nunca la oscuridad.

La noche de los estudiantes - México - Octubre del 68


"Son muchos. Vienen a pie, vienen riendo. Bajaron por Melchor Ocampo, la Reforma, Juárez, Cinco de Mayo, muchachos y muchachas estudiantes que van del brazo en la manifestación con la misma alegría con que hace apenas unos días iban a la feria; jóvenes despreocupados que no saben que mañana, dentro de dos días, dentro de cuatro estarán allí hinchándose bajo la lluvia, después de una feria en donde el centro del tiro al blanco lo serán ellos, niños-blanco, niños que todo lo maravillan, niños para quienes todos los días son día-de-fiesta, hasta que el dueño de la barraca del tiro al blanco les dijo que se formaran así el uno junto al otro como la tira de pollitos plateados que avanza en los juegos, click, click, click y pasa a la altura de los ojos, ¡Apunten, fuego!, y se doblan para atrás rozando la cortina de satín rojo. 

El dueño de la barraca les dio los fusiles a los cuicos, a los del ejército, y les ordenó que di .spararan, que dieran en el blanco, y allí estaban los monitos plateados con el azoro en los ojos, boquiabiertos ante el cañón de los fusiles. ¡Fuego! El relámpago verde de una luz de bengala. ¡Fuego! Cayeron pero ya no se levantaban de golpe impulsados por un resorte para que los volvieran a tirar al turno siguiente; la mecánica de la feria era otra; los resortes no eran de alambre sino de sangre; una sangre lenta y espesa que se encharcaba, sangre joven pisoteada en este reventar de vidas por toda la Plaza de las Tres Culturas."

(Fragmento de "La noche de Tlatelolco" de Elena Poniatowska.)

Gotas

"Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol. 


Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós".


("Aplastamiento de las gotas" Julio Cortázar.)

Agua y madera


"La madera cruje en la noche, la casa emite sonidos en la oscuridad, todos los seres que la habitan mantienen entre susurros una conversación.

Agua y madera en danza mecen las cosas de la superficie. Ir y venir, vaivén. Hay tanto para aprender de la biología del mundo".
("Delta",  Fedra Spinelli (poeta y periodista argentina- 1970).

Las casas sueñan que son barcos cuando hay viento ... (Silvina Ocampo)


“De noche no sólo navegan los barcos, sino las casas. Los crujidos de las maderas anuncian buen tiempo o mal tiempo. Y si no nos dormimos, hasta podemos marearnos.” 

("Ejécitos de la oscuridad", Silvina Ocampo.)



Camino de silencio y sombra

  
“A solas caminé en el laberinto
Aproximé mi rostro al silencio y la sombra
Para buscar la luz de un día limpio”.



(“Laberinto”, Sofía de Mello Breyner Andresen, “Antología poética”– Traducción Rodolfo Alonso)


Cuando los trenes unían los pueblos


.(…) “recuerdo cómo nuestra pequeña casa temblaba al paso del tren.
Presentíamos su llegada por un leve temblor, imperceptible para el que no tenía ese hábito, seguramente.  Entonces yo salía hasta las vías y apoyaba un oído sobre un riel.
Allí lo confirmaba y regresaba corriendo a mi casa, dando alaridos de alegría; enseguida me subía a la tapia y recién al cabo de un tiempo asomaba el humo oscuro en el cielo, para aparecer luego la negra figura de la locomotora. 



Después pasaba el tren, haciendo sonar estridentemente el pito de la máquina. Yo saludaba estirando los brazos y gritando. Al cabo, cuando el tren se había perdido nuevamente en la curva, nuestra casa cesaba de vibrar. 

Creo que todo lo aprendí al lado de las vías ferroviarias: a espera, la alegría eufórica, la impaciencia. Amaba a esa gente que pasaba a mi lado mirando a través de las ventanillas y a las que yo saludaba feliz.  A esa gente que todas las semanas de todos los meses del año, iba y volvía y me miraba a través de las ventanillas.
También me gustaba esperar los trenes desde el río; y desde allí, debajo del puente de hierro, estirado de espaldas sobre la arena, aterrorizado, lo miraba pasar encima de mí, observaba esas entrañas de monstruo, a toda velocidad, despidiendo ascuas y ceniza. Después quedaba el cielo, arriba, oscuro, encerrado entre los gruesos barrotes de los durmientes del puente. 


Al rato, solamente el murmullo del río y el canto de algunos chalchaleros entre los árboles de la ribera”.  
                                       (Fragmento de “A un costado de los rieles”, Héctor Tizón.)

Viento


"Trae el viento la sed de todos estos años
... .  Ruge el viento, arma remolinos en la tierra.".

("El viento que arrasa", Selva Almada.)

Los contornos de lo dicho


“Las palabras sólo son las sombras de los hechos”, ("Alguien ha llamado"; Héctor Tizón)

Temperatura exacta


"El habla y el silencio enhebran formas,
entrelazados, perfilan un tapiz
con realces y declives,
temperaturas, marcas y secretos".

(fragmento de "Nombres y reflejos", Clay Donovan.)

Dejarse fluir


… “Leer es viajar a la deriva. Estar a merced del río. Es convertirse en objeto de arrastre." (Fragmento de" Delta",  Fedra Spinelli).

Quizás sea la tarde tratando de volar


Rumores


Acorda-me 

um rumor de ave. 
Talvez seja a tarde 
a querer voar. 

A levantar do chão 

qualquer coisa que vive, 
e é como um perdão 
que não tive. 

Talvez nada. 

Ou só um olhar 
que na tarde fechada 
é ave. 

Mas não pode voar. 


("Rumores", Eugénio de Andrade, del libro Os Amantes Sem Dinheiro ( 1947-1949).




Rumores

Me despierta un rumor de pájaro. 
Quizás sea la tarde tratando de volar. 

Para elevar el terreno de todo lo que vive 

y es como un perdón que no tuve. 

Tal vez nada. 

O sólo una mirada en la tarde cerrada es ave. 

Pero no puede volar. 


("Rumores", Eugénio de Andrade, del libro Os Amantes Sem Dinheiro ( 1947-1949) - Traducción libre)

Jardines y ausencias


 Poesía


jardines inhabitados pensamientos 
supuestas palabras en 
pedazos 
jardines se ausenta 
la luna figura de 
una falta contemplada 
jardines extremos de esa ausencia 
de jardines anteriores que 
retroceden 
ausencia frecuentada sin misterio 
cielo que retrocede 
sin pregunta



("Poesía", del libro de Ana Cristina Cesar,  "Guantes de gamuza y otros poemas", 1992 - Versión de Teresa Arijón y Sandra Almeida)

Conjuro de las sombras

"Alguna vez el mundo, vacío y desolado,
aire estancado de olas muertas.
Sudario de la tierra magra que soñó un poeta
alba incierta como una oscilación ciega.
En otro lado, una voz cantó la Oscuridad
y le antepuso, a modo de ruego y de conjuro,
repetida como un mantra la palabra Nunca".



(“Nunca la oscuridad”, Victoria Olleros )

Conjuro de las sombras

"Alguna vez el mundo, vacío y desolado,
aire estancado de olas muertas.
Sudario de la tierra magra que soñó un poeta
alba incierta como una oscilación ciega.
En otro lado, una voz cantó la Oscuridad
y le antepuso, a modo de ruego y de conjuro,
repetida como un mantra la palabra Nunca".



(“Nunca la oscuridad”, Victoria Olleros )

Formas narrativas


“Ninguna historia es como un vehículo de ruedas cuyo contacto con la carretera es continuo. Las historias caminan, como los animales o los hombres. Y sus pasos no se hallan sólo entre los sucesos narrados, sino entre cada frase, algunas veces cada palabra. Cada paso es una zancada sobre algo no dicho”. 

(“Otra manera de contar”, John Berger - Jean Mohr.)

Credo de un poeta



“Ver un mundo en un grano de arena,
un cielo en una flor silvestre,
Tener el infinito en la palma de las manos 
y la eternidad en una hora.”

"Augurios de inocencia", 
                             William Blake, 1803.



El devenir y la trama


Somos el tiempo. Somos la famosa
parábola de Heráclito el Oscuro,
Somos el agua, no el dimante duro,
la que se pierde, no la que reposa.
Somos el río y somos aquel griego
que se mira en el río. Su reflejo
cambia en el agua del cambiante espejo,
en el cristal que cambia como el fuego.
Somos el vano río prefijado,
rumbo a su mar. La sombra lo ha cercado.
Todo nos dijo adiós, todo se aleja.
La memoria nos acuña su moneda.
Y sin embargo hay algo que se queda
y sin embargo hay algo que se queja.

"Son los ríos" Jorge Luis Borges, "Los conjurados" (1985)

Región de claridad




"Toda variación reconoce la letra del tiempo,
en toda palabra, un deseo de luz" ...




            "Nunca la oscuridad", Victoria Olleros.

Semántica de los objetos



"Me parece que los objetos no conocen su material, que los gestos no conocen sus sentimientos y las palabras tampoco conocen la boca que las enuncia. 

Pero para asegurarnos nuestra propia existencia necesitamos los objetos, los gestos y las palabras. 
Cuanto más palabras nos es permitido usar, tanto más libres somos. Cuando se nos prohíbe la boca, intentamos afirmarnos con gestos e incluso con objetos. Son más difíciles de interpretar y permanecen un tiempo libres de sospecha. Y así pueden ayudarnos a convertir la humillación en una dignidad que permanece libre de sospecha por un tiempo".
Fragmento del discurso pronunciado por Herta Müller al recibir el Premio Nobel de Literatura , en diciembre de 2009, - Traducción: Juan José del Solar Bardelli.

Al vuelo



"Sobre la arena
escritura de pájaros: 
memorias del viento".

"Alba", Octavio Paz, "Al vuelo", (1976)

El río se derrama en gotas


"Dentro del río están
el cielo, la nube y el sol
En el cuenco de mis manos está el río
Si alzo mis manos,
El río se derrama en gotas, dispersando
cielo, nube y sol sobre mí toda.
Si del cuenco de mis manos bebo del río;
dentro de mí entonces
el sol, la nube y el cielo.
Dime, ¿quién está dentro de quién?".



"Un poema río", Mamta Sagar (India, 1966 - Traducción de Nelson Roque Valdez)

El recuerdo del mar






"En este campo
estuvo el mar.
Alguna vez volverá.
Si alguna vez una gota
roza este campo, este campo
siente el recuerdo del mar.
Alguna vez volverá".



 "Cancionero y romancero de ausencias", 

Miguel Hernández

Pintar el cebú o en búsqueda del sentido anicónico

Corrientes de aire



“Pero el siempre de las corrientes de aire no corresponde a ninguna idea de duración; es una tiniebla que ha sido separada de otra. Para ellas el siempre es lo que está detrás o, más a menudo, lo que nos llevamos por delante”.

       Tomás Eloy Martínez
               “Tinieblas para mirar”.

Nunca la oscuridad


                                                         Los días encuentran su proporción 
                                                          ponderan el itinerario de la luz. 
                                          
                    Victoria Olleros, "Nunca la oscuridad"

Densidad marina


... "Miro hacia el exterior. Los veleros están inmóviles, adheridos al mar del hierro, aún están en el movimiento del curso en que los sorprendió esta mañana la desaparición del viento".
Del libro "Amelia Steiner", Marguerite Duras.

La hora de los juegos


                                                     
                                                  Los juegos no tienen contornos
    están hechos de barro y calle, como la risa. 

                   Victoria Olleros - Nunca la oscuridad.

Palabras, acentos tales




Palabras a no dudarlo, palabras, no otra cosa. Palabras en lugares, las mismas en diferentes textos, palabras vueltas del revés desde la primera letra. A punto de poema. Halladas en ocasiones, en lindes de un olvido, en manos aún torpes de aprendices de sol y de sombra, ¿poesía qué, cuándo, poesía cómo? 
Acentos tales. Palabras que quieren decirnos algo oculto desde siempre por las parcas de los sueños, escondido entre los pliegues.

Arnaldo Calverya, "Apuntes para una reencarnación".

Levantarse sobre la arena



De boca
sin ruidos
he caído una tarde
sobre la playa
y no recuerdo
si he despertado
o si fue otro
quien se levantó de la arena

tengo mala memoria




(Francisco Paco Urondo - Poemas Breves)

Bajo la sombra hechizada de la siesta

"Las siestas del verano duran muchísimos años. Una extensión de tiempo para la cual aún, como para tantas cosas, no se ha inventado un nombre. ¿Es un mar la siesta?, ¿Es un desierto? Tal vez las dos cosas, un mar subterráneo que por debajo de las dunas se encrespa y se atormenta por no poder mostrar su fuerza a la luz del sol, allá arriba, donde nada se mueve, no hay un soplo de viento que agite la arena, ni una abeja que ronde ninguna flor, porque la vegetación de la siesta, del desierto está siempre sola, siempre a la espera del agua que no llega.

En esa vida tranquila y suspendida donde solo había dos destinos posibles, la lectura o el sueño, yo elegí la lectura. Y conocí el amor al riesgo, un amor que me desprendería para siempre de mi tierra natal. Es que son peligrosos los libros que se leen bajo la sombra hechizada de la siesta, multiplican su encanto, su capacidad de arrastrarte a otra vida. A una vida donde las cosas que se han deseado mucho, fatalmente suceden".


                                                                                          Claudia Masin, "El calor del mundo".

El origen de las historias


..."las novelas, como los sueños, nacen de un territorio profundo y movedizo que está más allá de las palabras. Y en ese mundo saturnal y subterráneo reina la fantasía.
Regresamos así a la imaginación. A esa loca, a ratos fascinante y a ratos furiosa que habita en el altillo. Ser novelista es convivir felizmente con la loca de arriba.
Es no tener miedo de visitar todos los mundos posibles y algunos imposibles.



“Tengo otra teoría (tengo muchas: un resultado de la frenética laboriosidad de mi razón), según la cual los narradores somos seres más disociados o tal vez más conscientes de la disociación que los demás.Esto es, sabemos que dentro de nosotros somos muchos. Hay profesiones que se avienen mejor que otras a este tipo de carácter, como, por ejemplo, ser actor o actriz. O ser espía.


Pero para mí no hay nada comparable con ser novelista, porque te permite no sólo vivir otras vidas, sino además inventártelas. «A veces tengo la impresión de que surjo de lo que he escrito como una serpiente surge de su piel», dice Vila-Matas en El viaje vertical”.


Fragmento de "La loca de la casa", Rosa Montero.

Fervor del tiempo



En la bóveda de la tarde cada pájaro es un punto del recuerdo.
Asombra a veces que el fervor del tiempo
vuelva, sin cuerpo vuelva, ya sin motivo vuelva;
que la belleza, tan breve en su violento amor
nos guarde un eco en el descenso de la noche.















Y así, qué más que estarse con los brazos caídos,
el corazón amontonado y un sabor de polvo
que fue rosa o camino.
El vuelo excede el ala.
Sin humildad, saber que esto que resta 
fue ganado a la sombra por obra de silencio;
que la rama en la mano, que la lágrima oscura
son heredad, el hombre con su historia,
la lámpara que alumbra. 

Julio Cortázar, "Resumen en otoño",
Salvo el crepúsculo (1984).

Visión fugaz


“Telas maravillosas, seda,
… mil colores, naranja, blanco, ocre, argento,
… sólo el rumor de esos colores ondulantes en el aire, impenetrables, más ligeros que la nada”.

Fragmento de “Seda” Alessandro Baricco.

Para cantar el himno de la vida


“Las primeras gotas levantaron polvo. Luego el pardo de la  tierra tornóse oscuro y toda ella esparció un olor fragante.
Se elevó un jubiloso coro de mugidos, relinchos y balidos. Retozaron las vacas y los potros. Y los campesinos dilataron las narices sorbiendo las potentes ráfagas de la áspera fragancia. Fulgían los relámpagos, retumbaban los truenos, el cielo entero se desplomó trepidando. Y fue la tormenta una larga tormenta de alegría. Tierra y cielo se unieron a través de la lluvia para cantar el himno de la vida”.










Fragmento de la novela “Los perros hambrientos”,  Ciro Alegría, (1939).

El sol de mediodía su mirar quemaba


"Solito en ese morro seco, esa tarde, lloré por los comuneros, por sus animalitos 
hambrientos.  Las  lágrimas  taparon  mis  ojos;  el  cielo  limpio,  la  pampa,  los  cerros 
azulejos, temblaban; el Inti, más grande, más grande… quemaba al mundo"
(...)
" Parecía que el  Sol estaba quemando el  corazón de  los  cerros; que estaba 
secando  para siempre  los  ojos  de  la tierra"
Fragmento de "Agua", José María Arguedas (1933).

A manos llenas


"En el abrazo
 se volvió  alegría". 
Victoria Olleros, "Nunca la oscuridad ".