NINA.- ¿Por qué decía usted que besaba la
tierra por donde he pisado?... ¡Lo que se debería hacer conmigo es matarme!...
(Inclinándose sobre la mesa.) ¡Estoy tan cansada!... ¡Qué bueno sería
descansar!... ¡Descansar!... (Levantando la cabeza.) Soy una gaviota... No...,
no es eso... ¡Soy una artista! (Se oyen las risas de ARKADINA y TRIGORIN. NINA
escucha primero, corre luego a la puerta de la izquierda y mira por la
cerradura.) ¡También él está aquí!... (Volviéndose hacia TREPLEV.)
No es
nada... ¡Sí!...
¡El no tenía fe en el teatro!... ¡Se reía de mis sueños!... ¡Yo
también, poco a poco, dejé de creer en
él y mi ánimo fue decayendo!... ¡A esto se unía la inquietud amorosa..., los
celos..., un eterno temor por el pequeño!... ¡Me volví mezquina..., nula!...
¡No daba un sentido a mis papeles, no sabía que hacer con mis manos ni tenerme
en escena!... ¡Tampoco era dueña de mi voz!... ¡Usted no sabe lo que es tener
conciencia de que se ejecuta un papel terriblemente mal!... ¡Soy una
gaviota!... ¡No..., no es eso!...
Un día..., ¿lo recuerda?..., mató usted
una... «¡El azar llevó allí a un hombre!... ¡El hombre vio a la gaviota y la
mató por hacer algo!»... ¡Argumento para una novela corta!... No es eso... (Se frota
la frente con la mano.)
¿De qué estaba hablando?... ¡Ah, sí!... Hablaba de la escena...
¡Ahora soy otra!... ¡Ahora soy una verdadera artista!... ¡Represento mis
papeles
con
fruición..., con entusiasmo!...
¡Se apodera de mí como una embriaguez en el escenario,
y me reconozco a mí misma maravillosa!...
¡Aquí ando..., ando incesantemente y,
mientras ando y pienso, siento cómo crecen de día en día las fuerzas de mi
alma!...
¡Ahora,
Kostia, sé y comprendo que en nuestras profesiones - tanto escribiendo como representando-
lo principal no es la gloria, ni el brillo, ni la realización de los sueños!...
¡Lo
principal es saber sufrir!... ¡Lleva tu cruz y ten fe!... ¡Yo la tengo, y por
eso mi sufrimiento es menor!... Y cuando pienso en mi vocación, no temo a la
vida.
Fragmento de “La gaviota”, Comedia de Antón
Chejov en cuatro actos. (1895). Acto cuarto, Escena III.