"Miró las aguas y vio que estaban formadas por mil mil mil y una corrientes diferentes,
cada una de un color, que se entretejían como un tapiz líquido formando un bordado de una complejidad que te cortaba la respiración.
Iff explicó que eran las Corrientes de las Historias y que cada una de aquellas hebras de colores representaba y contenía una sola historia.
Las distintas zonas del Océano almacenaban distintas clases de historias y,
puesto que allí podían hallarse todas las historias que se habían contado
y muchas que todavía estaban en proceso de invención,
el Océano de las Corrientes de las Historias era,
en realidad, la mayor biblioteca del universo.
Y, puesto que las historias estaban archivadas en forma fluida, conservaban la facultad de cambiar y transformarse en nuevas versiones de sí mismas, de unirse a otras historias
y convertirse en historias diferentes; de manera que,
a diferencia de una biblioteca de libros,
el Océano de las Corrientes de las Historias era mucho más que un almacén de relatos.
No estaba muerto, sino vivo"