La mano que sabe

 Doy paso a la tierra 
a la herida antes salada
de tanto empeñarse
en llorarse de da poco.


Doy paso a la simiente
a la ternura nueva viva
a la gesta de un modo
nuevo de entregarse.

Viene sin otros afanes
se queda en el tiempo, 
la siega, tranquila,
la mano diestra en cuidar.

("La mano que sabe" de "Paisaje inaurugal", Victoria Olleros)