blanquea como la osamenta de un buey.
Entre la niebla desgarrada de los sauces
debían aparecer fantasmas,
pero sólo pudimos ver
el fugaz reflejo de los vagones en el río
y las luces harapientas
de las chozas de los areneros.
Nos alejamos de la ciudad
balanceándonos junto al viento
en la plataforma del último carro
del tren nocturno.
Pronto amanecerá.
... Pronto amanecerá.
Las estrellas desaparecen
como semillas de girasol
en el buche de los gorriones.
Los tejados palpitan en carne viva
bajo las manos de la mañana.
Y el viento que nos siguió toda la noche
con cantos aprendidos
de torrentes donde no llega el sol, ...
(...) El sol apenas tuvo tiempo para despedirse
escribiendo largas frases
con la negra y taciturna sombra
de los vagones de carga abandonados.
y en la profunda tarde sólo se oye
el lamentable susurro
de los cardos resecos....
.... Una estrella nueva
sobre los cercos rotos.
Sobre los cercos rotos de orillas de la línea ....
(...) Hasta luego: rieles, girasoles,
maderas dormidas en los carros planos,
caballos apaleados de los carretoneros,
carretilla mohosa en el patio
de la casa del jefe-estación,
.tilos en donde los enamorados
han grabado torpemente sus iniciales
...Yo hubiese querido
ver de nuevo el pañuelo ...
tus mejillas partidas por la escarcha
de las duras mañanas del sur,
tu gesto de despedida
en el andén de la pequeña estación,
para no soñar siempre contigo
cuando en la noche de los trenes
mi cara se vuelve hacia esa aldea ..
Hasta luego,
hasta luego.
Hasta que nos encontremos sin sorpresa
viajando por los trenes de la noche
bajo unos párpados cerrados".
(Fragmento de "Los trenes de la noche", Jorge Teillier, )