Hacia la puesta del sol

“Creía firmemente que no se levantaría ya más de aquel sillón; 
creía que de un momento a otro se moriría de congoja. 
Pero no; al contrario, algunos días después pudo sostenerse en pie 
y dar algunos pasos, apoyada, por la habitación; 
luego, con el tiempo, pudo incluso descender la escalera 
y salir al aire libre del brazo de Gerlando y de la sirvienta. 

 

Finalmente, tomó la costumbre de ir, hacia la puesta de sol, 
hasta el borde que limitaba la finca por el sur. 
Desde allí se divisaba una vista magnífica sobre la playa 
que estaba a sus pies, y el mar abierto. 
Allí fue los primeros días acompañada habitualmente por Gerlando y Gesa; 
después, sin Gerlando; finalmente ella sola. 
Sentada sobre una roca, a la sombra de un olivo centenario, 
contemplaba toda la orilla lejana que apenas se curvaba, 
con pequeños golfos y salientes 
recortándose en el mar que cambiaba de tonalidades a los soplos del viento…”

(Fragmento de “El mantón negro”, Luigi Pirandello.)

Arqueología humana

"... después vienen los dedos y, con un movimiento de recogida, 
como si estuviesen segando la cosecha,
levantan del suelo todos los coloresque hay en el mundo. 
Lo que parecía único era plural, 
lo que es plural lo será aún más. 


No es menos verdad, con todo, que en la fulguración exaltada de un solo tono, 
o en su modulación musical, estén presentes y vivos todos los otros, 
tanto los de los colores que ya tienen nombre, como los que todavía lo esperan, 
de la misma manera que una extensión de apariencia lisa podrá estar cubriendo, 
al mismo tiempo que las manifiesta, 
las huellas de todo lo vivido y acontecido 
en la historia del mundo. 



Toda arqueología de materiales es una arqueología humana. 
Lo que este barro esconde y muestra es el tránsito del ser en el tiempo 
y su paso por los espacios, 
las señales de los dedos, los arañazos 
de las uñas, 
las cenizas 
y los tizones de las hogueras apagadas, 
los huesos propios y ajenos, 



los caminos 
que eternamente se bifurcan 
y se van distanciando y perdiendo unos a otros. 


Este grano que aflora a la superficie es una memoria, 
esta depresión, la marca que quedó de un cuerpo tumbado. (...)

(Fragmento de "La caverna", José Saramago.)

Por detrás del silencio


"En mi jardín avanza un pájaro
sobre una rueda con rayos-
de música persistente
como un molino vagabundo."

(Fragmento de "En mi jardín avanza un pájaro". Emliy Dickinson.)

Los colores del agua

“Salió fuera y miró el cielo. Llovían estrellas. 
Lamentó aquello porque hubiera querido ver un cielo quieto. 



Oyó el canto de los gallos. 
Sintió la envoltura de la noche cubriendo la tierra" ..


. “Estaban apagándose las luces del pueblo.
 El río llenó su agua de colores luminosos" 

(Fragmento de "Pedro Páramo, Juan Rulfo).

El tren parte












"El tren parte con resoplidos
de boxeador fatigado.
El tren parte en dos al pueblo
como cuchcillo que rebana pan caliente".











("Trenes a lo lejos", Jorge Treiller.)

Calzadas submarinas de luz verde

"Me tendiste esa hoja verde y la puse en mi mejilla como una manita del árbol. 
Desde entonces, antes de leer un libro tuyo, 
lo lleno de hojas de árboles 
para hermanarlas con las que están adentro 
y busco que se entienda los castaños de savia con los escritos, 
la nervaduras del fresno con las del poema, los pinos y los sauces, 
la delgadez del eucalipto que como una espada parte en dos la escritura. 


Y en cualquier página en que abra yo el libro, en la 26 o en la 63, 
siempre viene un árbol a mi encuentro convirtiendo tus poemas en
 “calzadas submarinas de luz verde”.



(Fragmento de "Octavio Paz. Las palabras del árbol", de Elena Poniatowska.)

El cielo sube hasta los árboles

"Arriba el agua
Abajo el bosque
El viento por los caminos
Quietud del pozo


El cubo es negro El agua firme
El agua baja hasta los árboles
El cielo sube hasta los labios".

(Fragmento de “Octavio Paz. Las palabras del árbol” de Elena Poniatowska.)

En el principio fueron los árboles




"En el principio fueron los árboles. 
Desde niño los nombraste 
y ellos te volvieron azul y verde la mirada. 
Una rama de árbol entró en tu cuarto por una grieta
 en el muro


y la tomaste y la metiste en tu boca 
para que creciera en ti, 
te madurara adentro, echara raíces, 
te ocupara entero".

 (Fragmento de "Octavio Paz, "Las palabras del árbol," de Elena Poniatowska.)

En las siestas de verano

"En las siestas de verano nace -como una flor silvestre, 
descuidada y exuberante- la soledad de la infancia,
 y un desamparo diferente a cualquier otro: 
el desamparo ante una belleza que no se puede compartir con nadie. 



... Las horas de esplendor son siempre eso: ... 



un tesoro que se guarda para cuando alguien -mucho más tarde- 
nos recuerde, con el cuerpo o la voz o la mirada, su existencia. 


Y un tesoro no tiene otra razón de ser que la llegada de ese momento 
en que va a ser descubierto, 
va a convertirse en el regalo que se ofrece, el don, la fiesta".

(Fragmento de "El verano", Claudia Massin.)

Métaforas sobre la otredad



"Marte era una costa distante y los hombres cayeron en olas sobre ella. 
Cada ola era distinta y cada ola más fuerte.Marte era una costa distante 
y los hombres cayeron en olas sobre ella. 
Cada ola era distinta y cada ola más fuerte. 
La primera ola trajo consigo a hombres acostumbrados a los espacios, 
el frío y la soledad; cazadores de lobos y pastores de ganado, flacos, 
con rostros descarnados por los años, ojos como cabezas de clavos y
 manos codiciosas y ásperas como guantes viejos


. Marte no pudo contra ellos, pues venían de llanuras y praderas tan inmensas 
como los campos marcianos. 
Llegaron, poblaron el desierto y animaron a los que querían seguirlos. 
Pusieron cristales en los marcos vacíos de las ventanas, 
y luces detrás de los cristales.
Esos fueron los primeros hombres.
Nadie ignoraba quiénes serían las primeras mujeres.
Los segundos hombres debieran de haber salido de otros países, 
con otros idiomas y otras ideas. 
Pero los cohetes eran norteamericanos y los hombres eran norteamericanos 
y siguieron siéndolo, 
mientras Europa, Asia, Sudamérica y Australia contemplaban 
aquellos fuegos de artificio que los dejaban atrás. 
Casi todos los países estaban hundidos en la guerra o en la idea de la guerra.



Los segundos hombres fueron, pues, también estadounidenses. 
Salieron de las viviendas colectivas y de los trenes subterráneos, 
y después de toda una vida de hacinamiento en los tubos, latas y cajas de Nueva York, 
hallaron paz y tranquilidad junto a los hombres de las regiones áridas, 
acostumbrados al silencio.
Y entre estos segundos hombres había algunos que tenían 
un brillo raro en los ojos 
y parecían encaminarse hacia Dios..."
("La costa", Ray Bradbury.)

Las palabras detrás de los miedos


“Escribir es una piedra lanzada en lo hondo del pozo”. 


“Soy un escritor que tiene miedo de la celada de las palabras: 
las palabras que digo esconden otras”.


 (Fragmento de “Un soplo de vida”, Clarice Lispector.)

Las líneas de la casa




(…) La casa que, en efecto, construí en Mar del Plata
con un simple constructor ..
fue hecha de acuerdo con mis indicaciones, tanto por
fuera como por dentro. 



"Yo la quería absolutamente simple,
absolutamente desnuda. 


Quería recomenzar todo lo relativo
a la arquitectura y al amoblamiento a partir de cero, 
después de haber hecho tabla rasa con todo lo que había aceptado
hasta ese momento". (…)



(Cita de Victoria Ocampo extraíd del libro "La Victoria de los Jardines",   capítulo 6 del libro,Capítulo 6. Las casas modernas (y sus jardines), Sonia Berjman.)

Conversaciones a la hora del té


"Imagina que todavía hay signos que hablan." 

(Conversaciones a la hora del té, Victoria Olleros, "Nunca la oscuridad"..)


Nadar equilibradamente



...."(Veo peces y peces, todos apuntando con la nariz al mismo sitio,
 y la corriente adelantando a otra.) 
...todos son peces en la parte central de la corriente"...


(Fragmento de ''Las Olas'', Virginia Woolf.)

Camino entre fuegos

"Algún día llegará la noche. En eso pensábamos. 
Llegará la noche y nos pondremos a descansar. 
Ahora se trata de cruzar el día,de atravesarlo como sea para correr del calor y del sol. Después nos detendremos. Después".



(Fragmento de "Talpa", "El llano en llamas".)

Pero no es niebla, en la duermevela.

"En la duermevela entrevemos verdades sorprendentes, la luz de la vigilia las apaga y nos hace creer que la compresión fue una trampa, 
un engaño puesto en el juego por medio de otras asociaciones disparatadas, imposibles. 
Solo que yo intuyo -y Cortázar lo supo- que en esta racionalidad mal entendida llamada vigilia -se nos escapa el nexo, el lazo de una unión que aclararía el relámpago de entendimiento de una asociación de otro modo incoherente".



(Fragmento de "Escritura y secreto", Luisa Valenzuela.)

Una mancha de tizne, una higuera inclinada por el viento



“Una franja descolorida recorre la pared  donde alguna vez colgó algo.
¿Un calendario? ¿La imagen de un santo? 
El lugar está preñado de ausencias, el viento sopla a través de él”. 

(Fragmento de “Lluvia roja”, Cees Nooteboom.)

Tan alto

"Hace tantos años que no alzaba la cara, que me olvide del cielo. 
Y aunque lo hubiera hecho. ¿Que habría ganado? 
El cielo está tan alto, y mis ojos sin tan mirada, 
que vivía contenta con saber donde quedaba la tierra."


(Fragmento de "Pedro Páramo", Juan Rulfo.)

Mapa en azul, agua de río


Escribe y vuela 
en un papel de arroz transparente 
a la luz.


(versión libre de un poema de D. M. Loynaz.)