... "ahí está la falla, la hendidura, como una gigantesca y deforme cicatriz del suelo. (...)
La herida ... a la vista de los sobrevivientes: un tatuaje obsceno sobre la piel del mundo. Perdimos todo, y si algo ganamos fue el miedo,
que desde entonces nos acompaña con cada temblor, como una culpa infame".
(Fragmento de "El campo de golf del diablo", Paola Kaufmann.)
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