"Como yo soy criatura de islas, acontéceme que pienso mucho en ellas. Creo auscultarles el corazón y percibir el angustiado soplo de la víscera. Creo saber más de su intimidad, de su naturaleza singular que aquellos que les miden cabos, montes o puertos. Más de una vez he escrito sobre ellas, y seguiré escribiendo si Dios quiere. La mía, sobre todo, la tengo como un pájaro exquisito que nunca toco sin un miedo oscuro de quebrarle las alas".
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