"hacerme un alma donde sucedieran/ todas las vidas, todos los países.
Hasta volverme una caricia
giradora en la tierra única,
maravillosamente inútil. Y al fin voy
de eternidad flameando, con la túnica.
La que buscan como un aceite
los quemados y desollados.
La que desciende al lirio campesino
cuando se miran los enamorados".
Fragmento de "La llave", Amelia Biagioni.
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