Como campos de trigo recién segados




"Eran dos ríos inmensos
que no llegaron nunca a confundir sus aguas:
eran dos ríos enormes
que sólo se juntaron en el mar.
Iban en largas filas, tomados de las manos,
sin brillo las miradas
y los rostros sin luz.




iban en largas filas, las cabecitas mondas,
como campos de trigo que acaban de segar.
Iban en largas filas, bajo el gris uniforme de
penados
por su terrible culpa de orfandad.
Como rebaño mudo e inconsciente,
camino de la Muerte, iban en larga
y colectiva soledad.
Eran dos ríos inmensos
que no llegaron nunca a confundir sus aguas; 



eran dos ríos enormes
que solo se reunieron en el mar.
Iban lentas y tristes por la contraria orilla
las que en su vientre nunca 
sintieron el temblor de una vida que empieza:
las que en la comba de sus brazos castos
no llevaron el peso de un infante;
ni una boca sedienta
de su seno chupó licor de vida.



Iban solas, nostálgicas, dolientes,
en una inversa e idéntica orfandad.
Iban lentas, calladas, misteriosas ....
Iban solas, sin luz en las miradas,
camino a la Muerte,
en larga y colectiva soledad.
Eran dos ríos inmensos
que no llegaron nunca a confundir sus aguas.
Eran dos ríos enormes
que un día se perdieron en el mar..."


("Eran dos ríos inmensos", Poemas de la inmovilidad y canciones al sol, Luisa Luisi)