Donde el sol mata las preguntas


Marta (agitada):
 ¡Ah, madre! Cuando (…) podamos irnos de esta tierra sin horizonte, cuando dejemos atrás esta casa y esta cuidad lluviosa y olvidemos este país de sombra, el día en que por fin estemos frente al mar, con el que tanto he soñado, ese día me verá sonreír.
(…) Madre, ¿es cierto que allá la arena quema los pies?







La Madre: Tampoco la conozco, tú lo sabes. Pero me han dicho que el sol lo devora todo.
Marta: Leí en un libro que el sol se come hasta las almas y hace resplandecer los cuerpos, pero los vacía por dentro.
La Madre: Y eso, Marta, ¿te hace soñar?
Marta: Sí, porque estoy harta de cargar siempre con mi alma y tengo prisa por llegar a ese país donde el sol mata las preguntas. No es ésta mi patria.

La Madre: Pero antes, tenemos mucho que hacer. Si todo marcha bien, iré contigo. Pero yo no tendré la impresión de que voy a mi patria. A cierta edad no hay patria donde sea posible el reposo, y ya es mucho haber podido construir esta casa, amueblada con recuerdos donde a veces una cree dormirse. Pero te aseguro que allá encontraremos sueño y olvido.
Fragmento de "El malentendido" de Albert Camus (1944)

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