Porque llueve tan hondo

"La ballena es sólo el sueño de un náufrago.
Mas yo no hablo del mar. Lo que sueña es la lluvia.

Con espasmo de esponja
La luz se apaga mientras llueve,
El tiempo duerme mientras llueve,
Mientras llueve la arena es un jinete
Sobre las huellas que dejamos;
Caen de pronto las ventanas
Con los rostros olvidados en ellas hace tiempo.
No hay sino el galope y la herradura
De la tierra mojada y las hormigas,
La boca triste de la tarde
Dejada como un guante sobre el hielo,
La cáscara sin nadie y lo que pasa
Sino la espuma y las escamas de esta tarde
Vestida ferozmente,
Cuando entre tumbo y tumbo se astillan las palabras
Y el deseo atropella los huesos y la carne.

Qué tenas me destrozo mientras llueve,
Porque lluevo tan hondo y sin remedio
Que no soy más que este edificio
Que se desploma a ratos
Cuando cierro los ojos
Y soy husmeado, sin piedad, por el hocico
De todo lo que llueve.

Y evidente es que llueve.
Y es la tarde. Y es lluvia.
Y llueve y llueve y llueve".

("Con la lluvia y su sonido pálido de helechos", Juan Bañuelos.)

El sonido de la tormenta

“-¿Entonces, no has oído la tormenta? El viento ha sacudido el muro; la torre ha bostezado” … 

(Fragmento de “En la Torre de Babel”; Wisława Szymborska.)