Echarse a volar


  ..."¿Veré yo venir alguna vez a un hombre viejo, con un abrigo pardo, con los pies llenos de barro por haber atravesado  Dios sabe qué río para reunirse conmigo? 
Se dejaría caer en el banco, apretando en un puño cerrado un valioso regalo que bastaría para cambiarlo todo.


Separaría los dedos lentamente, uno tras otro, con prudencia,
                                                         pues el regalo podría echarse a volar



... ¿Qué llevaría en su mano? 
¿Un pájaro, una semilla, un cuchillo, 
una llave   para abrir la lata de conserva del corazón?" 

(Fragmento de "Fuegos", Marguerite Yourcenar.)