El mundo al descubierto


“El nivel más secreto de nuestro mundo, el fondo del mar, quedó al descubierto: barcos hundido, fachadas de casas, el candelabro de un salón de baile, un retrete, un cofre pirata, el fuselaje de un avión, un cañón, un torso de mármol, un Kaláshnikov, el caparazón metálico de un autobús cargado de turistas, una pila bautismal, un lavavajillas automático, un ordenador, espadas envainadas en percebes, monedas convertidas en piedra.

....La población que había huido a las colinas marítimas porque sus casas se estaban derrumbando bajó corriendo. Allí donde el estrépito y los bramidos la habían aterrorizado, reinaba un silencio absoluto.
La saliva del mar refulgía sobre aquellos objetos; se sabe que el tiempo no existe, ni ha existido, aquí abajo, donde la materialidad del pasado y el presente tal y como son no tiene orden cronológico, donde todo es uno, todos es nada, o todo es poseíble de pronto.

…  Los pies resbalaban y patinaban sobre las algas y se hundían en la arena empapada, mientras gigantes algas marinas los miraban boquiabiertas. Nadie mencionó que no había peces; los habitantes vivos de aquel submundo habían sido barridos, arrastrados con el agua. La acostumbrada oportunidad de saquear tiendas, algo habitual en los alzamientos políticos, no era comparable. Una alegría orgiástica daba fuerzas a hombres y mujeres y a los hijos de éstos para sacar del cieno y la arena lo que no sabían que querían, aceleraba su tambaleante andar mientras deambulaban, y aquello significaba más que beneficiarse por casualidad; significaba el poder de la naturaleza ante el cual habían huido indefensos. Tomar, tomar, mientras echaban mano de aquellas cosas, lograban olvidar la ruina de sus casas y las posesiones temporales que se encontraban en ellas. Habían rasgado el silencio con sus voces, y con aquellos gritos, que recordaban los de las ausentes gaviotas, no oyeron aproximarse un sonido que arreciaba como lo hace un vendaval. Y entonces, regresó el mar, los engulló a todos, acrecentando así su propio tesoro.”


… hay un hombre que lleva deseando un determinado objeto … toda su vida. Posee un montón de cosas. En algunas su mirada se posa a menudo, de modo que ha de tenerles cariño, en otras ni se fija, a propósito. Son cosas que probablemente no debería haber adquirido, pero de las que las que es incapaz de deshacerse; hay una lámpara art nouveau que utiliza para leer,  y sobre la cabecera de la cama un grabado japonés , un Hokusai, La gran ola: a decir verdad no colecciona piezas orientales, aunque si hubiera estado en la pared de enfrente tal vez habría sido más que parte de este mobiliario; lleva años oculto tras su cabeza …

Al igual que los demás saqueadores, con los que no se mezcla, con los que no tiene nada en común, va de objeto en objeto, dándole vuelta a los fragmentos de porcelana pintada, las esculturas creadas por la destrucción, el abandono y el herrumbre, los toneles de vino envejecido en agua de mar, una motocicleta de carreras hundida, un sillón de dentista .. 


Pero a diferencia de los otros, no toma nada … hasta que allí, profusamente adornado con mechones de algas de un anaranjado pardusco, incrustado entre conchas de nácar y almenas de coral rojo, se halla el objeto (¿un espejo’). Es como si lo imposible fuese cierto; sabía que estaba donde estaba, bajo el mar, por eso no supo lo que era, no lo encontró antes. Sólo podía desvelarlo algo que nunca había ocurrido, el mayor paroxismo de nuestra tierra …
Levanta el objeto, el espejo, la arena cae, el agua que era el único reflejo que quedaba en él, desaparece. (…) (Fragmento de "Saqueo", Nadine Gordimer;)

Evolución progresiva




"He encontrado en la pintura un medio para expresar mis ideas. Esto me permite cambiarlas y evitar cualquier idea fija." (Georges Braque.)


El libro de los acontecimientos



"Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentimiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.
Imaginan que como antes no se conocían
no había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir de las calles, las escaleras, los pasillos
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?
















Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.


Se sorprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,
una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,
que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.




Hubo signos, señales,

pero qué hacer si no eran comprensibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?


Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.

Hubo picaportes y timbres

en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.

Todo principio

no es mas que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad".


("Amor a primera vista", Wisława Szymborska - Kórnik, Polonia 1923-2012 - Versión de Abel A. Murcia:)


La lengua de los pájaros

       
“De repente se vuelve pájaro y madero. Travesías”.



“Argimón debe haber dado con el quinto elemento, el cual enlaza los cuerpos terrestres con los celestes, y como dice el Trismegisto, separó lo sutil de lo burdo, suavemente, y con el alma de la caña, la tela, el metal y su propia alma, que son la misma identidad, compuso un pájaro”.


"él entendía la lengua, la aprendió en todos esos años, ... observaba el cielo y los pájaros más de cerca y ya entonces sólo reconocía a la gente desde arriba. Con tanto subir y bajar se hizo más livianito".


(Fragmentos de "Mascaró" de Haroldo Conti)