La respiración de la yerba


El mate me miró con estampa cortés,
me ofreció el verde y el silencio.
Y me puse a cebar la libertad.
Llegó la tarde y conversé con sus libros.

El sonido del monte

Atreverse


"...  Y murmura al verme la gente que pasa:
«¿No veis que está loca? Tornadla a su casa.
¡Dice que en las manos le han nacido rosas
y las va agitando como mariposas!»



¡Ah, pobre la gente que nunca comprende
un milagro de éstos y que sólo entiende,
que no nacen rosas más que en los rosales
y que no hay más trigo que el de los trigales!
















que requiere líneas y color y forma,
y que sólo admite realidad por norma." ... 






                                                                                 
  "Cantaré lo mismo: «Mis manos florecen.
  Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen"...






(Fragmento de "El dulce milagro" de  Juana de Ibarbourou).

La salvaje autonomía del detalle


De las paredes colgaban tantas fotos que ya ni se veía la pared. (...)

....En todas las fotos quedaba congelado en medio de un gesto. En todas las fotos parecía no saber nada más. Pero ... siempre sabía más. 
Por eso todas las fotos eran falsas. Y todas esas fotos falsas, con todas esas caras falsas, habían enfriado la habitación.       
Quise levantarme de la silla, pero el vestido se me había congelado en la madera. Mi vestido era transparente y negro. Crujía cuando me movía. 
(...) Fuera era verano. Las moscas, al valor, dejaban caer sus larvas. El pueblo se extendía bordeando el ancho camino de arena, un camino caliente, ocre, que le calcinaba a uno los ojos con su brillo.


(Fragmento de "La oración fúnebre", del libro "En tierras bajas", de Herta Müller, Punto de Lectura, 2010)