Detalles ociosos, coartadas, errores aleatorios




"En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos". (Funes el memorioso, Jorge Luis Borges, Artificios, 1944).



"Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido." (Continuidad de los parques, Julio Cortázar, Final de juego, 1956).








"-¿Por qué me miras así? 
Tienes una espina en cada ojo."
 (Bodas de sangre, Federico García Lorca, 1931).























"¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!

Porque yo quise olvidar 
y puse un muro de piedra
entre tu casa y la mía". (Bodas de sangre, Federico García Lorca, 1931).










Cae una gota de agua, grande, gorda, haciendo un agujero en la tierra y dejando una plasta como la de un  salivazo. Cae sola. Nosotros esperamos a que sigan cayendo más y las buscamos con los ojos. Pero no hay ninguna más. No llueve. Ahora si se mira el cielo se ve a la nube aguacera corriéndose muy lejos, a toda prisa. El  viento que viene del pueblo se le arrima empujándola contra las sombras azules de los cerros. Y a la gota caída por equivocación se la come la tierra y la desaparece en su sed. (El llano en llamas, Juan Rulfo, 1953).




"Sé que estoy huyendo hacia adentro, hacia
el invierno en este andar, como un exorcismo.
¿Pero dónde están el agua clara y el pan y el vino
tibio, el denso almíbar de los higos?" (La casa y el viento, Héctor Tizón, 1984).



"- Cuando se tiene sed, se agradece el agua.

-Yo soy como un campo seco donde caben arando mil pares de bueyes y lo que tú me das es un pequeño vaso de agua de pozo. Lo mío es dolor que ya no está en las carnes." (Yerma, Federico García Lorca, 1934).


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