Estática, (Oratorio para cuatro cuerpos) - Susana Torres Molina

"Ellos no comprenden que las piezas de los engranajes se traban. Que es parte de su función trabarse. Un instante están funcionando y al siguiente, sin razón aparente, se produce la parálisis. El desperfecto."
(Susana Torres Molina)


Estática (Oratorio para cuatro cuerpos) fue escrita por Susana Torres Molina sin didascalias. Un texto poético que asumió su forma completa en escena bajo la dirección de la autora.

 
Una madre que tropieza con los límites de su cuerpo gastado vive en un espacio ajeno, el geriátrico. Es el retrato vivo del desperfecto. A los noventa y cinco años qué puede pedir, ¿una dentadura nueva, volver a viajar en el Cap Arcona - donde alguna vez cruzó el Ecuador junto a sus padres -, que le saquen de alrededor a esos locos que conviven con ella, que su hijo la visite?



El hijo (interpretado magistralmente por Emiliano Díaz) ha perdido a su madre, que ya no lo reconoce. Ha perdido también a su mujer, un dolor que esa madre amnésica parece querer recordarle sin piedad. El hijo se ha perdido y sólo ve cómo crecen sus uñas, cómo se les pega la mugre, cómo lo carcome la necesidad de moverse sin saber en qué dirección.


Más allá, la vecina. La que espía al hijo día y noche. La que espía el hijo para entretenerse, para distraerse de sí misma. 
Esta mujer joven parece vieja, lo mismo que la madre, que el hijo. Por momentos está quieta. Espera un hijo. Está perdida. Se pinta las uñas, se las despinta. Se aburre.



De estos personajes habla la autora también a través de un testigo, encarnado con solvencia por Santiago Schefer. 


Acompañan la inerpretación, luces que acentúan el aislamiento de los protagonistas, acordes de piano y violín, que al igual que la madre, el hijo y la vecina, suenan aisladamente, sin componer más que fragmentos.


La puesta en escena de la decadencia del cuerpo, de la inercia que subyace en todo ser humano, aún cuando ha declinado de sus esperanzas más triviales, de este rompecabezas en el que todos procuran evitar el dolor, está ideada con maestría.


Estática es una obra que requiere ingenio para hacerla jugar. Sin caer en golpes bajos, muestra el deterioro de quienes van dejando la vida y de quienes se desgastan en el ajetreo de cuidarlos. Al mismo tiempo, muestra la contracara de quienes tienen en sus manos el porvenir pero sienten que caen bajo el peso de esa responsabilidad.
Por otro lado, el contrapunto entre la quietud y la necesidad de moverse está muy bien logrado por medio del uso de sillas con ruedas que permite mostrar cómo estos seres varados, imposibilitados de contactarse entre sí, a su modo, navegan.


La pieza incluye datos autobiográficos de la autora, lo que la potencia. El recurso de proyectar diapositivas sobre el fondo le sirve a Torres Molina para retratar estas referencias. Con este artilugio, la autora, suma al texto un marco temporal para la narración. También lo hace, con la sutileza de quienes conocen muy bien su oficio, a través del sonido. Basta con escuchar las notas de la marcha peronista para evocar el contexto histórico en que se ubica parte de la historia.


Quizás el engranaje menos preciso de la obra sea el de la vecina que en este oratorio para cuatro cuerpos pareciera tomar más de un rol dentro de la trama.


La elección de un cuatro personaje, el testigo, es una interesante apuesta que posibilita hablar de aquello que nadie se atreve o que resultaría muy grotesco u obvio decir en primera persona.


Estática (oratorio para cuatro cuerpos) habla de la nostalgia, del miedo a la enfermedad, de la inercia de seguir y el deseo de escapar, de la quietud y del dolor y lo hace de una manera no líneal que despierta en el espectador - junto la identificación - una serie de asociaciones por fuera de lo textual.

Estática, (oratorio para cuatro cuerpos)

Ficha Técnica:

Escrita y dirigida por: Susana Torres Molina

Intérpretes: Emiliano Díaz (Hijo), Silvia Dietrich (Madre), Gabriela Saidón (Muda -Vecina) y Santiago Schefer (Testigo).

Escenografía: Eduardo Manfredi

Fotografía: Patricia Pearson - Marcelo González Forestano

Diseño de luces: Santiago Botet

Asistente de producción: Claudia Hercman

Producción Ejecutiva: Sonia Caligo

Prensa: Simkin - Franco

Dramaturgista: María Mascheroni

Director asistente: Christian Lange

Funciones: sábados a las 21 hs. Domingos a las 20:15hs

Centro Cultural de la Cooperación: Corrientes 1543