Rogelio Yrurtia, escultor










Buenos Aires, como toda ciudad, conserva cicatrices, baldosas con los nombres de quienes murieron en las luchas políticas, paredones con insignias partidarias, restos de medianeras de algún edificio demolido.
También guarda vestigios del pasado, de sus prohombres, de sus artistas.
 En el Bajo, donde se cruzan avenida Colón e Independencia, en el barrio porteño de San Telmo, se alza, tras rejas que se impusieron en todas las plazoletas de la ciudad, el Canto al trabajo del escultor argentino, Rogelio Yrurtia (1879-1950).
¿Imaginaría el escultor a los 19 años cuando ingresó a la Escuela de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes que sería capaz de concebir una obra tan expresiva como bella? 

Sus comienzos
Su primer maestro fue el escultor Lucio Correa Morales, con cuya hija se casó.
Como muchos argentinos de aquellos años, consiguió una beca y se radicó Italia y en París. Estudió en la Academia Jullien, luego aprendió dibujo en la Academia Colarossi.
Su mentor fue el escultor Jules Félix Coutan.
Dicen que era un trabajador incansable.
Expuso un torso en el Salón de la Societé Nationale des Artists Francaises, que según cuentan, fue admirado por Auguste Rodin.
En 1907 obtuvo, por concurso, el encargo para la realización del Monumento al Coronel Borrego.
La Municipalidad de Buenos Aires le encargó, ese mismo año, el Canto al Trabajo que fue inaugurado en 1926. Yrurtia tenía tan sólo veintiocho años.
Se trata de un grupo escultórico fundido en bronce, formado por 14 figuras cuyo tamaño es dos veces y medio el tamaño del ser humano promedio.
Otras esculturas de Yrurtia: el Mausoleo de Bernardino Rivadavia (1916-1932), emplazado en la plaza de Miserere, realizada entre 1916 y 1936.
La Justicia, encargada por su amigo, Carlos Delcasse, para su bóveda en el cementerio de Vicente López, que luego fue reproducida en bronce, emplazada en la entrada del Palacio de Tribunales.
En 1904 ejecutó el monumento al doctor Alejandro Castro para el Hospital de Clínicas.
El Museo Casa de Yrurtia de la calle O´Higgins, en el barrio de Belgrano, alberga el resto de su obra.